martes, 30 de noviembre de 2010

Historia Corta..

Estaba saliendo con un chico, llevábamos juntos 2 años, éramos la pareja perfecta, compenetrábamos muy bien.



hasta que un día conocí a un chico, era un amigo de una compañera del cole, y no sé cómo explicar lo que sentí cuando lo vi, simplemente me enamoré, como un flechazo, aunque nunca he creído en esas cosas.



Era el chico más guapo que había visto mi vida, pero en principio todo quedo ahí. Hasta que un día recibí un mensajito suyo, era un mensaje muy inocente, solo para saber cómo me iba todo.



Había pasado una semana desde que lo conocí, yo le respondí y ahí quedo la cosa hasta que un día volvimos a coincidir. Esta vez yo estaba muy nerviosa porque aparte de que ya sabía lo que sentiría cuando le viera, estaba el tema del mensaje y claro… Aquella misma tarde decidimos ir a dar una vuelta para conocernos mejor y descubrí que además de ser el niño con la cara más bonita que había visto en mi vida, era simpático, agradable e inteligente.



Así que poco a poco íbamos quedando a escondidas, yo seguía con mi novio, y aunque sabía que lo que hacia estaba mal, aquel chico me gustaba cada día más y más. Nunca paso nada entre nosotros hasta que un día me confesó que estaba enamorado de mi y que no podía soportar el no poder estar conmigo.



No puedo describir como me sentía en ese momento. Una mezcla entre la felicidad más absoluta, pero también una gran tristeza. No sabía qué hacer, empecé a discutir con mi novio por cualquier tontería, aunque supiera que yo no llevaba razón, simplemente quería romper con él y no tenía corazón de dejarle.

Un día mi novio vino a verme llorando, preguntándome que me pasaba y si era que le quería dejar. Le dije que sí, que ya no sentía lo mismo y no podía engañarle, así lo dejamos.



Comencé a quedar con el otro chico, ahora ya mucho más desahogada. Le explique que lo había dejado con mi novio y el no dudo en darme el beso que habíamos estado esperando tanto tiempo. Nos íbamos viendo una o dos veces por semana, vivíamos lejos el uno del otro, íbamos a dar vueltas, al cine, a cenar, me sentía súper bien con él, hasta que un día me confesó que tenía un problema: estaba enganchado a la cocaína, y al parecer debía bastante dinero.



Yo le dije que era un tema que no me gustaba nada, pero bueno, que le ayudaría todo lo que pudiera. Después de aquello cada vez me llamaba menos, no respondía mis sms, nunca quería quedar, hasta que deje de saber de el definitivamente.

No era un mirlo blanco como yo pensaba, y por culpa de un arrebato, perdí a la persona que realmente me quería y con la que realmente me compenetraba.



vuelvo a estar con mi novio de toda la vida, le conté lo que pasó, y aunque le costó, lo acabo entendiendo y me perdonó. Ahora llevamos más de cuatro años juntos y sé que no le volveré a dejar por ninguna “carita bonita”. El es mi media naranja y lo amo más que a nada.


2 comentarios:

Mia dijo...

Hay que super que esta la historiaa Pasate

Anónimo dijo...

hay que linda histestuvo super padre..